Tras conquistar el mundo apoderándose de las pantallas, de portadas de revistas, y sobre todo del corazón de sus fans, Anahí, Dulce María, Maite Perroni, Christian Chávez y Christopher Uckermann regresaron a los escenarios de México y arrancaron con fuerza su «Soy Rebelde Tour» en Monterrey con un imponente sold out de 22 mil personas en el Estadio Mobil Super, durante la que fue la primera de sus tres fechas en la ciudad.

El fenómeno era palpable. Bastaba con echar un vistazo a los alrededores del recinto para entender la magnitud de la agrupación pop que marcó a toda una generación. La atmósfera «rebelde» comenzó a edificarse desde horas antes del inicio del show. Corbatas rojas adornaban cada esquina del estadio, los sacos rojos parecían ser el código de vestimenta, mientras que las icónicas estrellas en la frente brillaban por doquier.

La euforia contenida durante los meses de espera aguardaba ansiosa para salir corriendo y estallar en coros interpretando aquellos temas insignia de la agrupación. Y fue a las 21:15 horas cuando el sueño se hizo realidad: bajando desde una plataforma que colgaba del techo, los integrantes daban el banderazo a la velada con «Tras de mí» sonando por lo alto.

Tras 15 años de espera, los «rebeldes» fans por fin pudieron disfrutar de este encuentro tan deseado no solamente por ellos, sino también por sus mismos ídolos que con los sentimientos a flor de piel saludaron a todos y dedicaron algunas emotivas palabras.

La fiesta rebelde continuó con temas como «Aún hay algo», «Otro día que va», «Así soy yo», «Cuando el amor se acaba», entre otros que no dejaron que los coros cesaran en ningún momento. Y como el repertorio del grupo es amplio, también se gozó de algunos medleys que hicieron que el público pudiera escuchar el mayor número de éxitos posible. El arsenal que traían consigo era poderoso.

La música y baile no fue lo único que brilló, pues a lo largo de la noche los integrantes lucieron múltiples vestuarios que hacían juego con sus canciones, dejando claro que el estilo es algo que RBD jamás perderá.