El concierto de Bad Bunny ayudó a marcar el comienzo de una explosión de casos de Covid-19 en Puerto Rico, que hasta entonces había estado celebrando una de las campañas de vacunación más exitosas en los Estados Unidos. El concierto fue uno de una serie de eventos de negocios, fiestas de la empresa y reuniones familiares que impulsaron un aumento del 4,600 por ciento en los casos en la isla, un aumento que los funcionarios de salud pública temen que se prolongue hasta el Día de los Reyes Magos el 6 de enero.

El artista urbano Bad Bunny, con dos presentaciones en el estadio Hiram Bithorn hace unas semanas, sigue sumando casos, con al menos 2,005 personas contagiadas que identificaron ese encuentro como un lugar de exposición; la Oficina de Epidemiología todavía calcula la tasa de casos secundarios o personas contagiadas que no estuvieron en el evento, pero que tuvieron contacto directo con un caso positivo que sí asistió.

Los eventos multitudinarios, las salas de cine y la celebración de bodas se encuentran entre los escenarios de exposición y transmisión que más han sido identificados por las personas que se han contagiado con COVID-19 en las últimas semanas, informó la Oficina de Epidemiología del Departamento de Salud. El brote masivo se produce cuando Puerto Rico está experimentando una oleada de nuevas infecciones en toda la isla, impulsadas en gran medida por la variante Omicron, altamente contagiosa. Puerto Rico ahora está registrando un promedio de 5,148 nuevos casos diarios, lo que marca un aumento de 5,000 por ciento con respecto a las dos semanas anteriores, cuando los casos eran un poco más de 100 por día, según el New York Times.