En su libro de memorias La Chica del grupo, la cantante, guitarrista y bajista de Sonic Youth  recupera los capítulos de la influyente banda para hablar de sus propias inquietudes, escribió un libro que a ella le gustaría leer, algo que saliera del convencionalismo de una autobiografía.

Rafa Cervera columnista de Babelia (El País) hace un análisis sobre el libro de esta importante representante del rock alternativo neoyorkino.

Cuando llegue a Nueva York, Lydia era una de las figuras sobresalientes (Lydia Lunch  del movimiento no wave surgido en 1977 en el downtown neoyorkino) me impactaron su poderío y su fuerza. La no wave me inspiró. No tanto porque contase con una notable presencia femenina en sus bandas, sino por sus planteamientos generales. Para mí fue algo mucho más influyente que el punk”.

Cervera comenta que de principio a fin La Chica del grupo el feminismo es algo implícito.

La bajista que en el 93 portaba una camiseta con la leyenda las chicas inventaron el punk, no Inglaterra, tiene su propia teoría respecto al cambio de rol femenino que supuso el mismo punk. Dicha camiseta se la lanzaron en un show, y comenta que la usó para aplacar de una vez por todas la lucha eterna de si se había inventado en el Londres o Nueva York.

Las mujeres somos siempre elementos anraquistas que se revuelven contra los convencionalismos sociales masculinos, así que, por lógica, el punk es algo nuestro. Hizo que más mujeres tuvieran visibilidad gracias a gente como Patti Smith y Siouxsie, que animaron a otras a romper moldes.

Otras mujeres que la inspiraron fueron Jennifer Herrema, Kathleen Hanna o Jolie Cafritz a quienes considera íconos en potencia, todas cantantes, compositoras y activistas del feminismo.