Arcade Fire lanzó por fin su nuevo álbum «WE» este viernes y que marca un retroceso singular, abandonando el lado pomposo, inflado y sintético de su álbum anterior «Everything Now», por un poco más de simplicidad y eso da grandes momentos.

Y de hecho, suponemos entonces que el colíder de Arcade Fire había soñado mucho con este regreso y este nuevo álbum. Con el otro artífice del megagrupo, su compañera Régine Chassagne, se encerraron durante meses en su estudio de Nueva Orleans para dar vida a una docena de piezas nuevas, construidas en gran parte como reacción a la expansión de su disco anterior.

El anterior disco lanzado antes de la pandemia, denunciaba con mucho énfasis y sobreproducción latente la sociedad de consumo, las redes sociales y los falsos profetas, WE aboga por una vuelta a la naturalidad, melodías menos enrevesadas, en definitiva, canciones con atractivo inmediato. Algunos títulos incluso son francamente conmovedores, con la fuerza colectiva que ha habitado los estribillos del grupo de Montreal desde su debut hace casi 20 años.