King Gizzard & The Lizard Wizard comparten su álbum orquestal Phantom Island

283

Con Phantom Island, King Gizzard vuelve a cumplir su objetivo de crecer con cada disco. Esta vez, alcanzan nuevas cotas musicales gracias al deseo constante de la banda de colaborar con músicos de orquesta. Esa dinámica comenzó técnicamente con Flight b741 del año pasado, pero tras escuchar Phantom Island, el LP anterior parece relativamente reacio al riesgo en retrospectiva.

Dado que King Gizzard parece tener más confianza, y sin duda más práctica, al trabajar con músicos de orquesta, Phantom Island está a la altura. La comodidad y la compatibilidad de la banda, con 15 años de antigüedad, al tocar entre sí, así como con los músicos de orquesta, dan como resultado un álbum más audaz, brillante, atractivo y directo.

Además, Phantom Island presenta otro atributo crucial que no se materializó en Flight b741: la maestría compositiva de King Gizzard. Los australianos han declarado que desean que cada uno de sus discos (que ya suman 27 de larga duración) sea único. La banda logra precisamente eso en Phantom Island, y la solidez de sus discos ayudará a asegurar que una amplia base de fans se mantenga fiel a King Gizzard & the Lizard Wizard durante décadas.